Cartes dels lectors

Declaración de pobreza

Los regidores del Ajuntament de Barcelona cobran un sueldo sobre los 90.000 euros anuales y, paradójicamente, en su declaración de bienes manifiestan unos saldos en cuenta y unas pertenencias tan absurdas que me dejan perplejo.

Hablamos de personas que en su mayoría indican tener alguna carrera y algún recorrido político o empresarial, por lo tanto, para mi no son una referencia para confiar en ellos, cuando un asalariado de a pie es capaz con sus 1.500 o 2.000 euros mensuales de tener un piso en propiedad, tener un vehículo y mantener una familia. ¿Cómo podemos dejar la administración de nuestras ciudades a estos gestores, cuando su propia economía parece ser que deja tanto que desear?