Salud pública

Crear un departamento de Salud pública para que luego haga ayuntamientos que, con el dinero de todos, se dediquen a “contaminar” es un sinsentido que por desgracia ocurre a diario en España y desde luego en Sant Cugat.


Eliminar los restos visibles se llama limpiar. Eliminar los visibles y los no visibles se llama higiene y entra en lo que sería coherente para un servicio público.


Hace ya un tiempo utilizaron el dinero disponible para comprar una serie de ventiladores de alto rendimiento que te los encuentras soplando por la ciudad. En las aceras y en medio de los pasos utilizados por los transeúntes. Los que los manejan no siempre llevan máscaras y los pasantes se ven obligados a respirar en la gran nube de polvo que levantan dichos aparatos.
Si a un niño se le cae pan al suelo, su mamá le dirá inmediatamente que no lo lleve a la boca porque es “caca”.


Está de moda el hablar de la contaminación de los coches, pero los restos vegetales descompuestos, los escupitajos, los “lapos”, las cacas de perros, pájaros, ratas, lagartijas secas o descompuestas, los vómitos humanos, los orines de perros, gatos o humanos y hurracas, etc., están en el suelo criando un gran cultivo de gérmenes malignos.


Si en España no existiera el “chusquerismo” en los partidos políticos, el nepotismo, clientelismo, enchufes a dedo, oposiciones amañadas y el parasitismo fuese sustituido por empleados públicos que ganaran oposiciones honestamente, probablemente no me vería en la necesidad de escribir este artículo.


Confío que mi denuncia sirva para enmendar lo que se sale del sentido común.


J.R. Loidi

 
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