Mi experiencia en un piso de la DGAIA

Mi último año en el CRAE aprendí tareas básicas del hogar, administración de dinero, aprendí a cocinar. Al cumplir los 18 años fui a vivir a un piso para jóvenes extutelados, pero no recibía el soporte que necesitaba y no acabé de adaptarme. Desde el área de jóvenes tutelados y extutelados me propusieron entrar a uno de los pisos gestionados por la Fundación Catalònia, ya la conocía porque mi hermana vive en una de sus llars, y no nos equivocamos.

Dos años intensos, en los que aprendí mucho. Tuve la ayuda que necesitaba, en menos de dos años conseguí varios trabajos con ayuda de las educadoras. Muchas veces tenía que renunciar a cosas, para ahorrar lo suficiente para tener un buen futuro. El inconveniente es que entré demasiado tarde y el plan de poder tener mi propio piso no fue posible. Ahora vivo en un piso de alquiler con un chaval que conocí en el piso de Joves tutelats i extutelats, hicimos muy buenas migas, y tenemos gustos muy parecidos, como los videojuegos, las pelis de Marvel, la moda, y algún que otro grupo de música. Lo que hizo más fácil que congeniáramos.

Pude volver a coger la confianza que perdí en mí, y en los demás. Me gusta la persona en la que me he convertido.

Gracias al apoyo que me han dado he aprendido el potencial que tengo. Gracias por la oportunidad. 

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