Sant Cugat, ¿un pueblo para “ricos”?

De vergüenza se puede catalogar lo que pasa en el polígono Sant Joan, donde multan a los que trabajan.

Enfrente del colegio Pureza de María hay un parking de tierra donde se supone que solo puedes aparcar a la hora de entrada y salida del colegio, el resto del tiempo esa superficie debe estar vacía.

¿En serio?, los que trabajamos en ese polígono nos encontramos que no hay plaza de aparcamiento para todos y la opción de alquilar una privada en los edificios es cara y no pasa por ser normal que venir a trabajar cueste dinero.

Los trabajadores nos vemos en la obligación de aparcar en ese terreno por necesidad y la guardia urbana no ha gastado más papel en multas que en las últimas semanas.

Sin embargo, a las 17 horas, cuando salen los niños del colegio Ágora, los padres dejan los coches en tercera fila, no respetan los pasos de peatones, ni los semáforos y los cambios de sentido son de todo menos con sentido.

Pues, lo “gracioso” es que ahí no te encuentras ni a un municipal. Ves como dejan un coche (…y si solo fuera uno) en tercera fila, delante de un semáforo y de repente descubres a una madre que lleva quince minutos hablando, en la otra acera, pasando de los que queremos salir de allí para ir a buscar a nuestros hijos que quizá no van a un colegio tan exclusivo pero que afortunadamente sus padres tienen algo que el dinero nunca podrá comprar: valores.


Merche Sanjuan

 
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